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Work-life Balance

Internet, las redes sociales, el teletrabajo y whatsapp son herramientas que han buscado conectarnos y facilitarnos la vida, pero, al tiempo, han logrado que nos volvamos aún más esclavos del trabajo y que se desdibuje la línea entre éste y la vida personal.   Podemos acceder al trabajo ahora desde cualquier lugar y somos fáciles de contactar sin importar el día de la semana, la hora, ni las vacaciones.

El mundo va cada vez más rápido, y es por eso que la búsqueda del equilibrio se ha venido convirtiendo en una fuerte tendencia del mercado, especialmente entre la generación de los millenials. Conformarse con aplazar los placeres de la vida hasta llegar a la pensión resulta ser hoy un paradigma impensable.

El equilibrio es experimentar esa sensación de calma, sosiego, estabilidad, presencia, armonía, paz, ecuanimidad y sustento a todos los niveles físico, emocional, mental y espiritual. En cuanto algo no está en equilibrio, detectamos que algo no está en su lugar pues podemos sentir y/o percibir sus efectos en nuestro ser tales como malestar, tensiones, trastornos, estados mentales y/o emocionales alterados, etc.

Hay dos estrategias complementarias que son clave para alcanzar una vida en equilibrio.

La primera es una proporción suficiente del tiempo dedicada al mundo interior (desarrollo personal) y al social (relaciones) que será diferente para cada persona.

La segunda, tener un propósito de vida claro, que incluya retos personales y profesionales, y un buen balance de nuestra dedicación a ambos intereses.

Hay personas que tienen un mundo interior muy rico y otras que son más relacionales, también las hay volcadas en el trabajo o en su vida personal, y todo vale, aunque es importante tener claro lo que nos hace felices para definir ese equilibrio único y personal.

Entonces, ¿cómo logramos el equilibrio? ¿Se puede tener un equilibrio entre la vida laboral y personal? Para lograr equilibrar nuestro aspecto profesional y personal deberemos de:

Organizar las cosas que son prioridad. Darles un orden a las cosas importantes de cada día contribuirá a manejar con mayor efectividad el tiempo.

Establecer y respetar los horarios. Cumple con el tiempo que se debe dedicar a la oficina, no se lleve trabajo a casa, no incluya actividades laborales en el tiempo destinado para usted, ni viceversa.

Programar tiempo para descansar en las actividades diarias. Es importante que en la agenda de la semana se incluya espacio y tiempo para realizar actividades que ayuden a recargar energía, como hacer ejercicio, leer, caminar, etc.

Fijarse metas reales. El pensar que el trabajo y la familia son las metas cumplidas y con ello se cumplió el equilibrio en la vida es un error que se suele cometer. Por ello el fijarse metas que se lleven a la práctica y se logren los mejores resultados, serán causa de satisfacción y equilibrio.

Cuidar los días libres. Este tiempo es solo para sí mismo, para los seres queridos y aquellas actividades que se desean llevar a cabo de forma personal. Si se tiene hijos es recomendable organizar varias actividades con ellos.

Las empresas más punteras del mundo y con mayor crecimiento lo son porque apuestan por los trabajadores, su bienestar y su felicidad; ello conlleva facilitar una conciliación de la vida personal y profesional, en las que la flexibilidad en la gestión del tiempo y el espacio de trabajo son necesarias.

De esta forma se conseguirá disfrutar de la vida (del tiempo de vida) durante más años y no solo durante la jubilación, que cada vez se nos presenta más lejana en el tiempo.

Un 95% de los directores de RR.HH. considera que un buen equilibrio entre vida personal y profesional beneficia tanto a la empresa como al empleado, aunque un porcentaje similar de los directivos manifiesta tener dificultades para compaginar estos dos aspectos. Además, las medidas de flexibilidad que ofrecen las empresas españolas son, en su mayoría, minoritarias. 

Ésta es una de las principales conclusiones del estudio Work and Life balance que Creade y la Asociación de Antiguos Alumnos de ESADE han llevado a cabo con el objetivo de conocer cómo las empresas y sus profesionales gestionan el equilibrio entre la vida personal y profesional. (Capital Humano: revista para la integración y desarrollo de los Recursos Humanos), ISSN 1130-8117.

La vida es como montar en bicicleta; para mantener el equilibrio debes seguir moviéndote.

Albert Einstein.

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Esfuerzo, Habilidad….Talento

El talento es una capacidad que posee el ser humano de forma natural, con la que realizar cierta tarea o desenvolverse con facilidad frente a nuevas actividades. El talento está estrechamente relacionado con la inteligencia. Si es cierto, que no todas las personas poseen el mismo talento, ya que cada uno tiene unas capacidades, y no siempre somos educados acorde a nuestras capacidades, aun así, aunque no hayas descubierto tu talento no desesperes, porque tienes uno. Siempre habrá algo que hagas con más facilidad que los demás, que no te cueste trabajo y sea algo natural para ti. 

El talento humano ha adquirido una importancia vital en las organizaciones ya que son las personas las que llevan a cabo los proyectos, marcan los objetivos y trabajan por alcanzarlos. Podríamos definir el talento como aquellas características que tienen las personas para centrar sus capacidades en llevar a cabo tareas que permitan mejorar los resultados y alcanzar los objetivos de la organización.

Por otro lado, las empresas siempre buscarán entre sus talentos el poder de decisión, la capacidad de anticiparse a riegos u oportunidades y el cumplimiento de los objetivos. No hay que olvidar que el talento se puede entender desde diferentes perspectivas: creatividad, motivación, experiencia, conocimientos, intereses, actitud positiva… En resumen, el talento se basa en tener la inteligencia y la capacidad para resolver situaciones y ejercer labores que le permitan solucionar dicha situación.

La gestión del talento en las empresas es una cuestión compleja, ya que no se trata solamente de saber captar y atraer a las personas con talento para incorporarlos a la plantilla. Luego queda posiblemente lo más complicado: desarrollar y potenciar ese talento, así como motivar y cuidar continuamente a los mejores profesionales para conseguir retenerlos.

A continuación, ofrecemos 5 claves fundamentales para gestionar el talento de manera que sirva a los intereses de la empresa:

* Aprender a identificar y captar el talento

* Cuidar y motivar al empleado con talento

* Fomentar el compromiso

* Fomentar el trabajo en equipo

* Crear un entorno de trabajo apropiado

Una persona con talento puede aparentar no tenerlo debido a que no tiene o no ha tenido la oportunidad para desarrollarlo; es frecuente que debido a variables psicológicas no puedan hacerlo; por lo que, en ese caso es aconsejable buscar la atención psicológica profesional cuanto antes.

Una característica que comparten estas personas es que parecen tener una dosis de energía extra y una pasión por lo que les interesa, lo cual les hace destacar o al menos cumplir con los objetivos. Las personas talentosas a lo largo de la historia humana han dejado un gran legado para nosotros, por lo que realmente pueden beneficiar a los que están en su entornogracias al desarrollo de sus virtudes puestas al servicio de los demás en cualquiera de las formas que el talento se manifieste.

Pero que es más importante el talento o el esfuerzo….

La evidencia científica surgiere de que la relación entre el esfuerzo y el talento es bastante compleja. Por un lado, hay claramente una tensión natural entre ambas cualidades; uno no puede entenderse sin el otro. De hecho, el talento es esencialmente rendimiento menos esfuerzo: cuanto mas talentoso eres, menos esfuerzo tienes que poner para alcanzar un cierto nivel de rendimiento.

Por otro lado, dado que el esfuerzo se basa principalmente en los rasgos del personaje, como lo ambicioso, motivado, concienzudo o centrado que eres en general, podría decirse que es parte del talento. Algunas personas son sistemáticamente más propensas a mostrar altos niveles de esfuerzo, lo que significa que sus líneas de base de motivación mas altas realmente cuentan como un atributo clave de su potencial.

El talento es la rapidez con la que tus habilidades mejoran cuando te esfuerzas en ello. Los logros son lo que ocurre cuando aplicas las habilidades adquiridas. En otras palabras, con esfuerzo logras perfeccionar las habilidades, lo que a su vez redunda en la productividad.

Recuerda que:

-La habilidad la adquirimos cuando le ponemos a nuestro oficio horas y horas.

– Sin esfuerzo el talento no es más que nuestro potencial sin manifestar.

-Sin esfuerzo, nuestra habilidad no es más que lo que podríamos haber hecho y no hemos hecho.

-A base de esfuerzo el talento se convierte en habilidad y, al mismo tiempo, el esfuerzo hace que esta se vuelva productiva.

Alguien con el doble de talento y la mitad de esfuerzo que otra persona, alcanzará el mismo nivel de habilidad, sin embargo, con esfuerzo llegará más lejos…..

Ángela Duckworth, en su libro “Grit: el poder de la pasión y la perseverancia”.
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Gestionar bien el tiempo

¿Quién no conoce la sensación de ser perseguido por el reloj? La ironía de la presión del tiempo: en las situaciones más estresantes, miramos el reloj cada vez con más frecuencia y nos causamos más estrés. Existen métodos comprobados de gestión del tiempo que pueden ayudarnos en la vida cotidiana. Sin embargo, la respuesta al tiempo eficiente y la autogestión radica en la combinación correcta de métodos que todos tienen que encontrar por sí mismos.

La gestión del tiempo significa encontrar formas de organizarse mejor. El objetivo no es  «optimizar» su día al minuto. Se trata de formas prácticas de aliviarse, reducir el estrés y encontrar claridad. La gestión del tiempo es una de las mejores habilidades sociales de las que todos pueden beneficiarse.

Infografía gestión del tiempo

En la práctica, la gestión inteligente del tiempo conduce principalmente a mejores prioridades. Quien establece prioridades, siempre opta por una cosa y contra otra. Muchas personas asumen demasiadas tareas. Te pierdes en la locura multitarea y no puedes dominar lo esencial. Al final del día, están exhaustos, pero aún sienten que no han hecho nada importante. Sin embargo, con algunos consejos, todos pueden aprender a invertir tiempo para ahorrar más tiempo y energía para el futuro. Por ello tenemos que tener en cuentas estas dos ideas:

  1. La gestión del tiempo comienza con nosotros mismos:  no podemos cambiar algunas cosas en el trabajo. Sin embargo, podemos cambiar nuestra actitud hacia las cosas. Esto significa, por ejemplo: no podemos eliminar la avalancha diaria de correos electrónicos al día, pero podemos organizarnos mejor y cambiar nuestra actitud para enfrentar las tareas «molestas» en la vida cotidiana. Si desea administrar mejor su tiempo, debe abrirse a preguntas: ¿Cómo paso mi tiempo al día? ¿Qué malos hábitos tengo? ¿Por qué pérdida de tiempo sigo cayendo?
  2. Una cuestión de salud: la gestión del tiempo no solo se utiliza para encontrar consejos rápidos y prácticos para el trabajo. Tratar con la gestión del tiempo nos ayuda a trabajar de manera más consciente y saludable. La gestión ineficiente del tiempo puede generar un estrés enorme, perturbar el equilibrio entre el trabajo y la vida y tener un impacto negativo en la vida privada. Aquellos que planean su día de manera más consciente tienen más tiempo para descansos, que el cerebro necesita para regenerarse. Organizarse mejor también es una cuestión de gestión de la salud para que el tiempo de espera perdido no se convierta en un agotamiento.

¿Qué pérdida de tiempo me molesta? ¿Qué tipo de gestión del tiempo soy? ¿Qué métodos de gestión del tiempo y autogestión me convienen? Quienes puedan responder estas preguntas encontrarán una nueva libertad en la vida cotidiana. La gestión del tiempo es una de las habilidades que nos devuelve un poco de tiempo de vida. Ademas, la gestión eficiente del tiempo es una habilidad de liderazgo invaluable. .

«No es que tengamos poco tiempo, sino que perdemos mucho»

Seneca

Persiguiendo la Excelencia en el Día a Día: Un Compromiso Transformador

La búsqueda de la excelencia es un viaje constante, una actitud que se cultiva en las acciones diarias. No se trata simplemente de alcanzar metas monumentales, sino de comprometerse con la mejora continua en todas las facetas de la vida cotidiana. Este artículo explora la importancia de cultivar la excelencia en el día a día, cómo se refleja en nuestras acciones y cómo esta mentalidad puede transformar tanto nuestra vida personal como profesional.

Entendiendo la Excelencia Cotidiana

La excelencia cotidiana es mucho más que un logro ocasional. Se trata de una mentalidad arraigada en la dedicación constante a la mejora personal y profesional. Implica la búsqueda continua de la calidad en todas las acciones, desde las tareas más pequeñas hasta los proyectos más significativos. La excelencia cotidiana no es un destino final, sino un proceso continuo de autoevaluación y superación.

La Actitud como Cimiento de la Excelencia

La excelencia comienza con la actitud. Es la elección diaria de comprometerse con la calidad, la integridad y el crecimiento personal. Adoptar una mentalidad positiva y proactiva es el cimiento sobre el cual se construyen las acciones excelentes. La resiliencia frente a los desafíos, la disposición para aprender y la voluntad de esforzarse constantemente son elementos esenciales de esta actitud.

Compromiso con la Mejora Continua

La excelencia cotidiana se manifiesta a través del compromiso con la mejora continua. Esto implica una evaluación regular de nuestras habilidades, hábitos y procesos, identificando áreas de oportunidad y trabajando activamente para superar limitaciones. La adaptabilidad y la disposición para salir de la zona de confort son cruciales en este proceso, ya que la mejora continua a menudo implica enfrentar nuevos desafíos y aprender nuevas habilidades.

Aplicación de la Excelencia en el Trabajo Diario

En el entorno laboral, la excelencia cotidiana se traduce en un compromiso constante con la calidad y la eficiencia. Significa abordar cada tarea, por pequeña que sea, con atención y diligencia. La comunicación efectiva, la colaboración y la responsabilidad son pilares clave en la búsqueda de la excelencia en el trabajo diario. La mentalidad de equipo y el apoyo mutuo fomentan un ambiente donde cada individuo se esfuerza por alcanzar la excelencia, contribuyendo al éxito colectivo.

Impacto en la Vida Personal

La excelencia cotidiana no se limita al ámbito profesional; también tiene un impacto profundo en la vida personal. En las relaciones, se traduce en la atención y el respeto hacia los demás. En la salud, implica cuidar el cuerpo y la mente de manera equilibrada. La excelencia en la vida personal se manifiesta en la autenticidad, la empatía y el compromiso con valores que reflejen una calidad de vida significativa.

Cultivando Hábitos de Excelencia

La excelencia en el día a día se refleja en los hábitos que cultivamos. Establecer rutinas saludables, fomentar la disciplina y mantener la consistencia son elementos clave para convertir la excelencia en una segunda naturaleza. La autodisciplina en la gestión del tiempo y la priorización de tareas contribuyen a un estilo de vida donde la calidad y el rendimiento excepcional son la norma, no la excepción.

Superando Obstáculos y Aprendiendo de Fracasos

El camino hacia la excelencia cotidiana no está exento de desafíos y fracasos. Sin embargo, la capacidad de aprender de estos obstáculos y fracasos es lo que distingue a aquellos que buscan la excelencia. La resiliencia y la adaptabilidad son habilidades cruciales para superar adversidades, convirtiendo cada desafío en una oportunidad de crecimiento y mejora.

El Rol del Reconocimiento y la Celebración

Reconocer y celebrar los logros, por pequeños que sean, es fundamental en la búsqueda de la excelencia cotidiana. La autocelebración y el reconocimiento mutuo en un entorno laboral fomentan una cultura donde la excelencia es valorada y recompensada. La celebración no solo fortalece la motivación personal, sino que también promueve un ambiente positivo y colaborativo.

La Excelencia como Motor de Cambio y Transformación

La excelencia cotidiana no solo impacta a nivel individual, sino que también se convierte en un motor de cambio y transformación en comunidades y organizaciones. Cuando cada individuo se esfuerza por la excelencia, se crea un ambiente donde la calidad y la innovación son impulsadas de manera colectiva. Esta mentalidad transforma no solo vidas individuales, sino también la cultura y la trayectoria de las organizaciones hacia el éxito sostenible.

Debemos tener en cuenta que la excelencia cotidiana es más que un objetivo; es un estilo de vida. Se trata de comprometerse con la mejora continua, cultivar hábitos que reflejen la calidad y abordar cada tarea con dedicación y atención. La excelencia en el día a día impacta todos los aspectos de la vida, desde el trabajo hasta las relaciones personales. Al adoptar esta mentalidad, no solo buscamos el éxito ocasional, sino que transformamos nuestro enfoque y actitud hacia la vida, creando un camino hacia el crecimiento personal y la realización duradera.

“Si usted va por el mundo buscando la excelencia, encontrará la excelencia; si va por el mundo buscando problemas, encontrará problemas. O, como dice el proverbio árabe: Lo que pueda significar un trozo de pan dependerá de que tengas hambre o no“.

John Grinder

Pensamiento Estratégico

El pensamiento estratégico es una habilidad esencial que va más allá de la simple toma de decisiones. Implica una visión a largo plazo, una comprensión profunda del entorno y la capacidad de anticipar y adaptarse a los cambios. En un mundo cada vez más complejo y dinámico, dominar el pensamiento estratégico puede marcar la diferencia entre el éxito y el fracaso, tanto en el ámbito empresarial como personal.

La Naturaleza del Pensamiento Estratégico

El pensamiento estratégico es un proceso mental que abarca varios componentes clave:

  • Visión y Objetivos Claros: Una visión clara es fundamental para cualquier estrategia efectiva. Esta visión debe estar acompañada de objetivos específicos, medibles, alcanzables, relevantes y con un plazo definido (SMART). Tener una visión clara ayuda a guiar las decisiones y a mantener el enfoque en el largo plazo.
  • Análisis del Entorno: Conocer y comprender el entorno en el que se opera es esencial. El análisis FODA (Fortalezas, Oportunidades, Debilidades y Amenazas) y el análisis PESTEL (Político, Económico, Social, Tecnológico, Ecológico y Legal) son herramientas útiles para evaluar tanto factores internos como externos que pueden influir en la estrategia.
  • Anticipación y Adaptación: El pensamiento estratégico requiere la capacidad de anticipar posibles cambios y desarrollar escenarios futuros. Esto implica mantenerse actualizado sobre las tendencias del mercado, las innovaciones tecnológicas y los cambios en el entorno político y social.
  • Pensamiento Crítico y Creativo: Evaluar objetivamente los supuestos y argumentos, y generar soluciones innovadoras son aspectos cruciales. El pensamiento crítico permite cuestionar las creencias comunes y analizar de manera lógica, mientras que el pensamiento creativo fomenta la generación de ideas nuevas y disruptivas.
  • Toma de Decisiones Informada: Las decisiones estratégicas deben basarse en datos y análisis sólidos. Evaluar cuidadosamente los riesgos y beneficios de cada decisión es vital para minimizar errores y maximizar oportunidades.
  • Implementación y Seguimiento: Desarrollar planes de acción detallados y establecer métricas para medir el progreso son pasos esenciales. El monitoreo continuo permite ajustar la estrategia según sea necesario para asegurar que se alcancen los objetivos.

Desarrollo del Pensamiento Estratégico

El pensamiento estratégico no es una habilidad innata; puede desarrollarse y perfeccionarse a lo largo del tiempo mediante diversas prácticas y enfoques.

1. Educación Continua: Participar en cursos, talleres y seminarios sobre planificación estratégica y gestión empresarial ayuda a adquirir nuevos conocimientos y perspectivas. La educación continua permite mantenerse actualizado sobre las mejores prácticas y las nuevas tendencias.

2. Mentoría y Redes de Contacto: Buscar mentores experimentados y establecer redes con otros profesionales estratégicos es invaluable. La mentoría ofrece orientación y consejos basados en la experiencia, mientras que las redes de contacto proporcionan oportunidades para intercambiar ideas y aprender de otros.

3. Práctica Regular: Aplicar el pensamiento estratégico en proyectos pequeños y progresar hacia proyectos más complejos permite desarrollar y afinar esta habilidad. La práctica regular ayuda a internalizar los principios del pensamiento estratégico y a mejorar la capacidad para tomar decisiones informadas.

4. Lectura y Estudio: Leer libros, artículos y estudios de caso sobre estrategias exitosas y fracasos en diferentes industrias ofrece una riqueza de conocimientos y ejemplos prácticos. El estudio constante permite aprender de las experiencias de otros y aplicar esos aprendizajes en situaciones propias.

5. Reflexión y Aprendizaje: Reflexionar sobre las decisiones y los resultados después de cada proyecto es crucial para el aprendizaje continuo. Identificar lo que funcionó y lo que no, y entender las razones detrás de esos resultados, permite mejorar continuamente el proceso de pensamiento estratégico.

Aplicaciones del Pensamiento Estratégico

El pensamiento estratégico es aplicable en una amplia gama de contextos, desde la gestión empresarial hasta la planificación personal.

– En el ámbito empresarial, ayuda a las organizaciones a navegar en entornos competitivos y a adaptarse a los cambios del mercado. Permite a las empresas identificar oportunidades, mitigar riesgos y mantener una ventaja competitiva.

– En la vida personal, el pensamiento estratégico puede ayudar a las personas a establecer y alcanzar metas a largo plazo, tomar decisiones informadas y gestionar los recursos de manera efectiva. Por ejemplo, puede aplicarse en la planificación de carrera, la gestión financiera personal y la toma de decisiones importantes en la vida.

El pensamiento estratégico es una habilidad vital para el éxito a largo plazo en cualquier campo. Al desarrollar una visión clara, analizar el entorno, anticipar cambios, pensar críticamente y creativamente, tomar decisiones informadas y seguir un plan de acción bien definido, las personas y organizaciones pueden navegar con éxito en un mundo complejo y en constante cambio. La inversión en el desarrollo del pensamiento estratégico vale la pena, ya que permite no solo sobrevivir, sino prosperar en un entorno competitivo.

«Debemos pensar en cosas grandes mientras hacemos cosas pequeñas, de esa forma los detalles van en la dirección correcta».

Alvin Tofler

Procesos que Piensan: La Revolución de la Automatización Inteligente

La automatización de procesos ha dejado de ser una simple herramienta para agilizar tareas repetitivas; hoy se ha convertido en un motor estratégico capaz de transformar datos y operaciones en inteligencia accionable. No se trata solo de reemplazar trabajo humano, sino de amplificar capacidades, anticipar decisiones y rediseñar la manera en que las organizaciones crean valor.

La automatización moderna integra inteligencia artificial y aprendizaje automático, lo que permite que los sistemas no solo ejecuten instrucciones, sino que comprendan contextos, aprendan patrones y ajusten flujos de trabajo en tiempo real. Por ejemplo, un sistema de atención al cliente puede priorizar casos urgentes, sugerir soluciones y transferir solo lo estrictamente necesario a un agente humano, convirtiendo la automatización en algo cognitivo, casi “inteligente”.

Los procesos se vuelven adaptativos y autónomos, capaces de reaccionar ante cambios imprevistos. Una cadena de suministro, ante una disrupción logística, puede reorganizar inventarios, recalcular rutas y ajustar pronósticos de demanda sin intervención humana directa. Este nivel de flexibilidad convierte la automatización en un socio estratégico, no solo en un acelerador de tareas.

Además, la automatización genera una riqueza de datos que, bien aprovechada, se transforma en decisiones estratégicas. Cada acción automatizada puede ser analizada, comparada y utilizada para anticipar riesgos, optimizar recursos y detectar oportunidades de mejora. La organización deja de ser reactiva y comienza a operar de manera predictiva, basando su crecimiento en información precisa y confiable.

Contrario a la percepción común, la automatización no reemplaza personas, las transforma. Libera a los equipos de tareas repetitivas, permitiéndoles concentrarse en supervisión, innovación y diseño de estrategias. La experiencia laboral se eleva, la creatividad se despliega y la cultura organizacional se orienta hacia la mejora continua.

Finalmente, la verdadera revolución de la automatización moderna reside en su capacidad de integrarse y escalar. Los sistemas conectan diferentes áreas —finanzas, logística, marketing y atención al cliente— creando un ecosistema inteligente donde cada acción genera valor en múltiples niveles. La ética y la transparencia también se vuelven fundamentales: los procesos automatizados deben ser trazables, auditables y alineados con la responsabilidad corporativa, garantizando confianza y cumplimiento.

En definitiva, la automatización de procesos ha evolucionado de ser un instrumento de eficiencia a convertirse en un ecosistema de inteligencia operativa, capaz de transformar operaciones, decisiones y talento. Las organizaciones que adopten este enfoque no solo optimizarán recursos, sino que reinventarán la manera en que piensan, aprenden y compiten en un mundo cada vez más dinámico y exigente. La clave no está en automatizar tareas, sino en automatizar la inteligencia que las guía.

«La tecnología es mejor cuando une a las personas.» — Matt Mullenweg

El Ecosistema Empresarial

El ecosistema empresarial es un concepto complejo que se refiere a la red interdependiente de diversas organizaciones, individuos, recursos, y factores que interactúan dentro de un entorno empresarial para crear valor y promover el crecimiento. Este ecosistema no solo incluye empresas y sus competidores, sino también proveedores, clientes, instituciones gubernamentales, académicas, e incluso comunidades locales. Entender la dinámica de estos ecosistemas es crucial para desarrollar estrategias que favorezcan la sostenibilidad y la innovación.

Componentes del Ecosistema Empresarial

  •  Empresas y Competidores: Las empresas, tanto grandes como pequeñas, son los actores principales del ecosistema. La competencia impulsa la innovación y la eficiencia, mientras que las alianzas estratégicas pueden mejorar las capacidades y expandir los mercados.
  • Proveedores y Distribuidores: Estos actores son fundamentales para la cadena de suministro. La relación con proveedores puede afectar directamente la calidad del producto y la eficiencia del proceso productivo. Los distribuidores, por otro lado, juegan un rol clave en llevar los productos al mercado.
  • Clientes: Son el centro de cualquier ecosistema empresarial. Comprender sus necesidades y comportamientos es esencial para el éxito empresarial. Las empresas deben adaptarse constantemente a las demandas cambiantes del mercado.
  • Gobierno y Regulación: Las políticas gubernamentales y las regulaciones afectan significativamente el funcionamiento del ecosistema. Las leyes fiscales, laborales, medioambientales y de comercio pueden tanto fomentar como restringir la actividad empresarial.
  • Instituciones Financieras: Proveen el capital necesario para el funcionamiento y expansión de las empresas. Bancos, fondos de inversión y otros intermediarios financieros son vitales para el crecimiento y la innovación.
  • Instituciones Académicas y Centros de Investigación: Estas entidades contribuyen al desarrollo de conocimientos y tecnologías que pueden ser aprovechados por las empresas. La colaboración entre el sector académico y empresarial es clave para la innovación.
  • Comunidad y Medio Ambiente: La responsabilidad social y medioambiental ha cobrado importancia en el ecosistema empresarial. Las empresas deben considerar el impacto de sus actividades en la comunidad y el entorno natural.

Dinámicas del Ecosistema Empresarial

Las interacciones dentro del ecosistema empresarial son complejas y multifacéticas. Algunas de las dinámicas clave incluyen:

1. Innovación y Emprendimiento: La capacidad de innovar y adaptarse a nuevas tendencias es crucial. Los ecosistemas más dinámicos fomentan la creación de nuevas empresas y la introducción de tecnologías disruptivas.

2. Competencia y Cooperación: Aunque la competencia es una fuerza impulsora, la cooperación estratégica entre empresas puede resultar en sinergias beneficiosas. Las alianzas, joint ventures y consorcios son ejemplos de cooperación efectiva.

3. Adaptabilidad y Resiliencia: Los ecosistemas empresariales deben ser capaces de adaptarse a cambios externos, como crisis económicas, cambios tecnológicos o fluctuaciones del mercado. La resiliencia es fundamental para la sostenibilidad a largo plazo.

4. Flujo de Información y Conocimiento: La información y el conocimiento deben fluir libremente dentro del ecosistema. Esto incluye compartir buenas prácticas, resultados de investigaciones y avances tecnológicos.

5. Evolución y Transformación: Los ecosistemas no son estáticos; evolucionan con el tiempo. Factores como la globalización, la digitalización y los cambios demográficos pueden transformar radicalmente el paisaje empresarial.

Retos y Oportunidades

El ecosistema empresarial enfrenta varios retos, entre ellos:

Regulación y Cumplimiento: Mantenerse al día con las regulaciones puede ser costoso y complicado.

Acceso al Capital: Las pequeñas y medianas empresas a menudo enfrentan dificultades para acceder a financiamiento.

Innovación Continua: La rápida obsolescencia tecnológica requiere una inversión constante en I+D.

Sostenibilidad: Integrar prácticas sostenibles puede ser desafiante pero es cada vez más necesario.

Por otro lado, también existen numerosas oportunidades:

Mercados Emergentes: Ofrecen nuevas oportunidades de expansión y crecimiento.

Tecnologías Disruptivas: Pueden transformar industrias enteras y crear nuevos modelos de negocio.

Colaboración Internacional: Facilita el acceso a nuevos conocimientos y recursos.

El ecosistema empresarial es un entorno dinámico y multifacético que requiere una comprensión profunda de sus componentes y sus interacciones. Las empresas deben ser capaces de navegar este ecosistema de manera estratégica, aprovechando las oportunidades y superando los desafíos para lograr un crecimiento sostenible y una innovación continua. La colaboración, la adaptabilidad y una visión a largo plazo son esenciales para el éxito en un ecosistema empresarial en constante evolución.

«Cuando todo parece ir en tu contra, recuerda que el avión despega con viento en contra, no a favor».

Henry Ford

Sostenibilidad y Buen Gobierno: La Fórmula para Empresas que Diseñan el Futuro

Durante años, la sostenibilidad y el buen gobierno se vieron como capítulos separados en los manuales corporativos. La primera se asociaba con “cuidar el planeta” y la segunda con “cumplir normas”. Sin embargo, el escenario actual exige un cambio radical: ambas deben integrarse como el núcleo que da sentido y legitimidad a las organizaciones. No es solo una cuestión de reputación o cumplimiento, es una estrategia de supervivencia y ventaja competitiva.

1. De la Responsabilidad a la Inteligencia Estratégica
En el pasado, la sostenibilidad se reducía a iniciativas verdes puntuales: reducir papel, plantar árboles, reciclar. Hoy, las empresas que lideran entienden que la sostenibilidad es una arquitectura integral que conecta rentabilidad con impacto positivo. El buen gobierno, por su parte, deja de ser un conjunto de procedimientos para convertirse en un sistema de inteligencia estratégica que garantiza transparencia, ética y coherencia.

2. La Intersección como Fuente de Innovación
La innovación surge cuando se cruzan caminos. Cuando la sostenibilidad se apoya en un buen gobierno sólido, deja de ser un gasto y se transforma en motor de creación de valor. Pensemos en una compañía energética que implementa un consejo asesor ciudadano para codiseñar su transición hacia energías renovables. O en una cadena de alimentos que publica en tiempo real sus indicadores de huella de carbono y abre canales de participación a consumidores y proveedores. Aquí, el buen gobierno es el vehículo que convierte la visión sostenible en acciones medibles, auditables y escalables.

3. Gobernanza de Impacto: Más Allá del ESG
Las métricas ESG (Environmental, Social, Governance) han sido un gran paso, pero el futuro exige ir más allá de marcar casillas. La gobernanza de impacto significa integrar objetivos sostenibles en la estructura misma de la toma de decisiones: en las juntas directivas, en los incentivos a ejecutivos, en los contratos con proveedores. El Consejo de Administración deja de preguntarse “¿estamos cumpliendo?” para plantear “¿estamos regenerando valor para todos los grupos de interés?”.

4. Transparencia Radical y Confianza Dinámica
La transparencia ya no es publicar un informe anual; es abrir el proceso. Las empresas pioneras utilizan blockchain para trazar la cadena de suministro, IA para auditar datos ESG en tiempo real y plataformas abiertas para que empleados, inversores y comunidades puedan verificar información sin intermediarios. El buen gobierno, así, deja de ser una promesa para convertirse en una experiencia de confianza dinámica.

5. Cultura Organizacional como Motor
Ni la sostenibilidad ni el buen gobierno sobreviven si la cultura empresarial las percibe como un “proyecto de la dirección”. La cultura se moldea cuando los valores sostenibles y éticos son parte de la descripción de puestos, de las evaluaciones de desempeño y del reconocimiento interno. Cuando un ingeniero recibe un premio no solo por cumplir plazos, sino por reducir un 20% el consumo energético del proyecto, la sostenibilidad deja de ser teoría para convertirse en identidad.

6. Tecnología al Servicio del Propósito
La tecnología no es la solución por sí misma, pero sí un multiplicador de impacto. Herramientas de análisis predictivo pueden anticipar riesgos climáticos en operaciones, sistemas de machine learning pueden optimizar la eficiencia energética, y plataformas colaborativas permiten a las comunidades locales participar en decisiones empresariales. El buen gobierno es quien asegura que esta tecnología se use de forma ética, inclusiva y alineada con el propósito.

7. De la Competencia a la Co-creación
En sostenibilidad y buen gobierno, el verdadero cambio viene cuando se rompen los muros entre empresas, gobiernos, ONG y ciudadanía. Las alianzas multiactor —con objetivos, métricas y responsabilidades compartidas— permiten abordar retos sistémicos que ninguna organización podría resolver sola: desde la neutralidad de carbono hasta la equidad en el acceso a recursos.

8. Éxito Redefinido
El éxito empresarial ya no se mide únicamente en EBITDA o cuota de mercado, sino en la capacidad de generar bienestar, restaurar ecosistemas y fortalecer instituciones. La sostenibilidad y el buen gobierno, juntos, son el nuevo lenguaje del liderazgo responsable. Aquellas empresas que lo adopten no solo se adaptarán al futuro: lo estarán diseñando.

En definitiva, la sostenibilidad y el buen gobierno no son un capítulo más en la estrategia; son la historia completa. En un mundo interconectado y vigilado por consumidores conscientes, reguladores exigentes y comunidades empoderadas, esta alianza se convierte en la licencia para operar y en la llave para abrir las oportunidades más valiosas del siglo XXI.

«El liderazgo responsable no se mide por el poder que tienes, sino por el legado que dejas.» — Peter Drucker

Huella Hídrica Estratégica: Gestionando el Agua con Innovación

El agua es un recurso esencial, pero limitado, y nuestra relación con ella está cambiando. La huella hídrica, que mide el volumen total de agua utilizada directa o indirectamente para producir bienes y servicios, se ha convertido en una herramienta estratégica para entender y gestionar nuestro impacto. No se trata solo de ahorrar agua en el hogar, sino de reconocer cómo cada acción, producto o decisión empresarial influye en este recurso vital.

La gestión moderna de la huella hídrica se ha beneficiado enormemente de la ISO 14046, la norma internacional que establece los principios, requisitos y directrices para evaluar y reportar la huella de agua. Esta norma proporciona un marco sistemático y confiable que permite a empresas y organizaciones cuantificar su consumo, impactos ambientales asociados y áreas de mejora, fomentando decisiones basadas en evidencia y responsabilidad ambiental.

Gracias a la tecnología y al análisis de datos, las organizaciones pueden ahora mapear la huella hídrica de sus procesos productivos, identificar puntos críticos y generar estrategias de reducción que combinan eficiencia, sostenibilidad y cumplimiento normativo. Por ejemplo, la producción de alimentos, textiles o energía deja una marca hídrica significativa que, si no se gestiona, repercute en ecosistemas, comunidades y cadenas de suministro a nivel global. La aplicación de la ISO 14046 garantiza que estas mediciones sean consistentes, comparables y alineadas con las mejores prácticas internacionales.

La innovación también se encuentra en la automatización y el monitoreo inteligente. Sistemas de gestión del agua permiten medir consumos en tiempo real, evaluar riesgos de escasez y diseñar procesos de producción más sostenibles, asegurando que la organización no solo cumpla la normativa, sino que transforme la huella hídrica en ventaja estratégica. Esto convierte la gestión del agua en una actividad proactiva, donde los datos se transforman en decisiones concretas y responsables.

El enfoque moderno reconoce que la huella hídrica no es solo un tema ambiental, sino también económico y social. Reducirla mejora la eficiencia operativa, fortalece la resiliencia ante sequías o restricciones, y genera confianza en consumidores cada vez más conscientes de la sostenibilidad. La ISO 14046 proporciona un marco transparente que respalda estas acciones, garantizando que los informes sean verificables y alineados con estándares internacionales, lo que a su vez impulsa la innovación y la mejora continua.

Un aspecto clave de la huella hídrica es la conciencia sistémica. Cada litro de agua usado tiene un efecto en múltiples niveles: en la comunidad local, en la biodiversidad y en el equilibrio del planeta. Comprender esta interconexión permite diseñar estrategias que no solo minimicen el impacto, sino que regeneren ecosistemas y fomenten la economía circular del agua.

En definitiva, integrar la huella hídrica con la ISO 14046 no es solo cumplir con un estándar, sino convertir la conciencia del agua en acción estratégica. Las organizaciones que adopten esta visión no solo reducirán su impacto, sino que también innovarán, transformando la gestión del agua en un motor de sostenibilidad, eficiencia y valor compartido. La verdadera revolución radica en usar la huella hídrica como guía para decisiones responsables que protejan este recurso esencial para las generaciones futuras

«No podemos gestionar lo que no podemos medir; cuidar el agua empieza por conocer nuestra huella hídrica.»

Green Claims Directive (GCD): Hacia una Comunicación Ambiental Transparente y Confiable

En un mundo cada vez más consciente de la sostenibilidad, los consumidores buscan productos y servicios que respeten el medio ambiente. Sin embargo, no todas las afirmaciones ecológicas reflejan un compromiso real. Es aquí donde entra en juego la Green Claims Directive (GCD), la iniciativa de la Unión Europea destinada a regular y estandarizar las declaraciones ambientales, garantizando que sean claras, verificables y creíbles. Esta directiva no solo busca proteger al consumidor, sino también impulsar la innovación responsable y la competencia basada en sostenibilidad genuina.

El concepto detrás de la GCD es simple pero poderoso: evitar el greenwashing. Durante años, términos como “eco-friendly”, “biodegradable” o “carbon neutral” se han usado de manera imprecisa, generando confusión y desconfianza. La GCD exige que cualquier afirmación ambiental esté respaldada por evidencia científica verificable, utilizando estándares reconocidos y medibles. Esto significa que las empresas no solo deben declarar sus impactos, sino también demostrar cómo y por qué sus productos o servicios cumplen esas afirmaciones.

Uno de los elementos clave de la GCD es la transparencia informativa. Los consumidores europeos podrán acceder a información clara sobre los impactos ambientales de los productos, lo que les permitirá tomar decisiones conscientes. Por ejemplo, un detergente etiquetado como “bajo impacto hídrico” deberá aportar datos verificables sobre su consumo de agua, siguiendo estándares internacionales como la ISO 14046. De esta manera, la directiva conecta la comunicación ambiental con métricas concretas y auditable.

La GCD también fomenta un cambio cultural dentro de las empresas. Ya no basta con “parecer sostenible”; ahora, la sostenibilidad debe integrarse en el diseño, producción y ciclo de vida de los productos. Esto impulsa la innovación: las empresas buscan materiales alternativos, procesos más eficientes y estrategias de economía circular que reduzcan el impacto ambiental real. La directiva convierte la sostenibilidad en un motor de competitividad, donde la credibilidad y la transparencia son ventajas estratégicas frente a los consumidores.

Además, la GCD promueve la armonización europea, evitando que diferentes países apliquen criterios distintos para las afirmaciones ambientales. Esta uniformidad facilita el comercio, asegura la comparabilidad entre productos y genera confianza tanto en consumidores como en inversores. Asimismo, se alinea con otras iniciativas europeas, como la Ecolabel, la directiva de responsabilidad extendida del productor y las regulaciones sobre economía circular, creando un marco integral de sostenibilidad empresarial.

El cumplimiento de la GCD no es opcional; las empresas deben estar preparadas para demostrar sus afirmaciones ante auditorías o inspecciones regulatorias. Esto incluye documentación, métricas verificables y el uso de metodologías reconocidas internacionalmente. La norma también incentiva la innovación tecnológica: herramientas de trazabilidad digital, blockchain y análisis de ciclo de vida (LCA) se convierten en aliados para garantizar la integridad de la información ambiental.

Finalmente, la GCD representa un cambio de paradigma en la forma en que las empresas comunican su sostenibilidad. Deja de ser un tema de marketing y pasa a ser una responsabilidad estratégica y ética, donde la evidencia científica y la transparencia son fundamentales. La directiva no solo protege a los consumidores, sino que también fortalece la confianza en los mercados sostenibles, impulsa la competitividad responsable y asegura que las acciones empresariales tengan un impacto ambiental positivo y real.

En conclusión, la Green Claims Directive es mucho más que un marco regulatorio: es un catalizador para la sostenibilidad corporativa y un puente entre las expectativas de los consumidores y la acción ambiental tangible. Su enfoque en evidencia verificable, transparencia y coherencia normativa transforma la forma en que concebimos los productos y servicios sostenibles. Las empresas que adopten esta directiva no solo cumplirán con la ley, sino que podrán construir una reputación de confianza, innovación y liderazgo ambiental en un mercado cada vez más exigente. La GCD demuestra que sostenibilidad y credibilidad pueden caminar de la mano, impulsando un futuro donde cada afirmación ambiental cuente de verdad.

«La sostenibilidad no es un extra, es la nueva norma de credibilidad empresarial.»

Roadmap Estratégico: La Brújula Inteligente para Navegar el Futuro

En un mundo donde la velocidad del cambio supera la capacidad de reacción de muchas organizaciones, un roadmap estratégico no es solo un plan; es la brújula inteligente que traduce visión en acción y acción en resultados sostenibles. Ya no basta con un documento estático colgado en un servidor. Hoy, un roadmap debe ser dinámico, iterativo y capaz de anticipar escenarios mientras conserva la esencia de la estrategia corporativa.

1. Punto de Partida: Propósito y Norte Claro
Antes de dibujar líneas de tiempo y hitos, una organización debe anclar su roadmap en un propósito sólido. El propósito es el “norte magnético” que evita la deriva táctica y mantiene la coherencia entre las decisiones de hoy y el impacto deseado mañana. Aquí no hablamos solo de “qué” queremos lograr, sino de “por qué” y “para quién” lo hacemos.

2. Cartografía del Terreno: Análisis Profundo del Entorno
Un roadmap estratégico innovador mapea no solo el contexto actual, sino también las corrientes subterráneas del cambio: tendencias tecnológicas, movimientos regulatorios, comportamientos de consumidores y patrones de disrupción en la industria. Este análisis no es un PDF que caduca, sino un sistema vivo que se actualiza con datos en tiempo real.

3. Rutas Múltiples: Flexibilidad Incorporada
A diferencia de los planes lineales del pasado, un roadmap moderno se construye con rutas alternativas y “puntos de decisión” que permiten pivotar rápidamente. Piensa en él como una red de caminos interconectados, donde cada bifurcación está respaldada por métricas y criterios predefinidos. Esto habilita la agilidad estratégica sin perder dirección.

4. Hitos con Impacto Medible
Cada etapa del roadmap debe vincularse a resultados concretos y medibles: participación de mercado, mejora en la experiencia del cliente, reducción de costos operativos o expansión a nuevos segmentos. Lo innovador no es solo medir el resultado, sino también la velocidad y la calidad de la ejecución.

5. Integración con la Cultura y el Talento
El mejor roadmap no sobrevive si la cultura organizacional no lo respalda. Incluir al talento desde el diseño es clave: workshops colaborativos, hackatones internos y plataformas de feedback continuo permiten que el roadmap no se perciba como “imposición”, sino como un compromiso colectivo.

6. Tecnología como Motor de Orquestación
Herramientas de visualización interactiva, inteligencia artificial para modelar escenarios y plataformas de gestión ágil son el combustible que mantiene el roadmap vivo y relevante. Esto facilita que cada área entienda su papel y el impacto de sus acciones en la estrategia global.

7. Revisión y Aprendizaje Continuo
Un roadmap innovador asume que el aprendizaje es parte de la estrategia. Revisiones trimestrales, retrospectivas y análisis de “qué haríamos distinto” convierten los errores en activos de conocimiento.

En definitiva, un roadmap estratégico de nueva generación no es un mapa dibujado una vez, sino un GPS inteligente que recalcula rutas ante los imprevistos, mantiene el rumbo hacia el propósito y fomenta una cultura capaz de evolucionar al ritmo del cambio. Las empresas que lo entiendan no solo sobrevivirán, sino que liderarán el futuro.

«La estrategia es un patrón en una corriente de decisiones.» — Henry Mintzberg

Los nómadas del saber

¿Te han dicho alguna vez que entre tus habilidades destaca la de ser un hombre orquesta? Si eres una persona que sabe hacer de todo y te han regalado los oídos con esta alabanza, ya puedes empezar a acostumbrarte a un nuevo término. Se trata del concepto “knowmad”, un nómada del saber. La idea fue acuñada por John Morasec y hace referencia a una nueva forma de trabajo basada en la innovación, la creatividad y la adaptabilidad.

Antiguamente en la sociedad industrial los trabajadores vivían en un lugar fijo, en cambio, en la sociedad de la información que nos encontramos actualmente, los trabajadores están continuamente cambiando de espacio y de trabajo. Los últimos tienen la habilidad de adaptarse fácilmente a los cambios profesionales, un aspecto que hace que entren en contacto con gente muy diversa. Este diálogo enriquece el trabajador y lo dota de nuevas ideas que no tendría si fuera sedentario y no se relacionara.

La lista de habilidades que caracterizan el trabajador del futuro es infinita. Cualquier persona puede ser un knowmad, basta proponérselo.

  • Siempre aporta nuevas ideas creativas.
  • Busca información y la utiliza libremente, sin filtros.
  • Es un ser tecnológico, ya que utiliza las redes sociales para comunicarse.

En definitiva, es una persona que aprende y se adapta fácilmente. Y lo más importante es que no tiene miedo al fracaso, el principal motor para seguir innovando aunque algunos proyectos no hayan dado buen fruto. Por lo tanto, está en constante evolución y atento a las nuevas herramientas de captación de información. Se trata de un autodidacta digital, es decir, que por su cuenta adquiere conocimiento aunque valora muy positivamente el intercambio de opiniones con los que le rodean.

Todas estas características hacen del trabajador una persona muy atractiva para las empresas. El valor de un knowmad también reside en que es capaz de crear una marca personal única e intransferible. Adquiere una identidad que lo diferencia del resto y esta es una característica que en el sector laboral se valora muy positivamente. Quién no practique estas habilidades quedará fuera del mercado de trabajo. Las empresas que no lo incorporen serán menos competitivas respecto a las que tengan ese valor añadido.

Knowmad o nómada del conocimiento, que es el perfil que define y describe a  los profesionales nov… | Desarrollo organizacional, Aprendizaje, Productos  innovadores

Si algo tiene claro un nómada del conocimiento es que su misión es buscarse la vida, encontrar nuevos retos con los que enriquecer su sabiduría, adaptarse a las nuevas tendencias y nunca echar la culpa a los demás de sus fracasos. Recuerda que si tu organización cumple los requisitos que buscan serán ellos los que te encuentren a ti.

¿La mejor estrategia de atracción para este y otros talentos disruptivos? … Hacer de tu empresa un lugar atractivo para trabajar (Employer Branding) y estar al día de los perfiles profesionales más demandados.

Una de las habilidades de los knowmads reside precisamente en su capacidad para adaptarse en cualquier momento a cualquier espacio de trabajo con el objetivo de intercambiar información con otros profesionales, generando ideas, productos y servicios con una gran fluidez. Esta visión líquida del trabajo determinará sin duda cómo será nuestra forma de trabajar en los próximos años. El valor de los profesionales no se medirá por sus conocimientos, sino por su habilidad para conectar esos conocimientos con los conocimientos de otros profesionales y que estarán disponibles en otros contextos, otras disciplinas u otras ciudades.

» Los analfabetos del siglo XXI no serán aquellos que no sepan leer y escribir, sino aquellos que no sepan aprender, desaprender y reaprender».

Alvin Toffler

Coherencia

Demasiado a menudo, lo que predica la web corporativa de una empresa o lo que dicen sus directores dista mucho de lo que pasa en el día a día; pero el sueldo lleva a una mayoría a resignarse. Ello incide negativamente en la confianza que se supone entre empleado y empresa, lo cual lleva a una desalineación de la actitud de los trabajadores con los objetivos organizacionales incidiendo, sin duda, en los resultados. A la falta de alineación de los mensajes emitidos con la cultura organizacional, cabe añadir la carencia de ‘feedback’ real como otro factor que genera un contexto laboral lejos del que todos deseamos.

La alineación coherente entre: la vida “real” que tenemos, la “proyección” que abrimos y vendemos al público versus los valores y convicciones que rigen nuestro ser, posicionará la credibilidad en su persona y en su emprendimiento. La gente sabe diferenciar la realidad de una ficción. Que esa sóla verdad de vida (lo que es y lo que vende), lo que lo defina cuando alguien se de la oportunidad de tratarle y se acerque por interés sobre su quehacer.

Seguro que lo has oído ya muchas veces los valores son ahora más importantes que nunca. La realidad es que son igual de importantes, porque siempre han sido el eje del funcionamiento de la sociedad en la que vivimos. Pero sí es cierto que se sienten más necesarios, y somos más conscientes de ellos que nunca. Por ello deben convertirse en una de tus mayores prioridades, si no lo son ya. No solamente en tu faceta profesional, sino también como persona.

Las empresas no solo buscan profesionales que se ajusten a las competencias requeridas para el puesto. Que tu experiencia y tu formación se correspondan con las tareas que vas a desempeñar es algo básico para que puedas cumplir las expectativas, pero hay algo aún más importante, que trasciende de lo puramente operativo y repercute directamente sobre la parte más humana: que tus valores se ajusten a los de la empresa.  

Los valores definen el comportamiento, las creencias, la ética y los objetivos de cada persona y de cada empresa. Si chocan, la relación entre ambas partes nunca podrá llegar a buen término, sin embargo, si se corresponden, el éxito está asegurado.

De esta manera, la coherencia o alineamiento empresarial agrega valor a las compañías. Si se aplica esta teoría correctamente, algunos de los beneficios pueden ser los siguientes:

1.- Garantizan la reducción de costos en los procesos de organización. 

2.- Empresas más rápidas y flexibles en cuanto a las respuestas que pueden dar al mercado. 

3.- Simplicidad sobre el control de actividades desempeñadas en cada área.

4.- Crecimiento intelectual del capital humano y permite potenciar las capacidades y aptitudes de los trabajadores.

5.- Permite la detección rápida y oportuna de las competencias clave de la empresa.

6.- Coherencia y solidez con los agentes del sistema o red de valor. Esto permite dar una respuesta rápida y efectiva a los proveedores y distribuidores, al mercado y a los consumidores, mejorando la satisfacción de estos últimos.

7.- Motivación y compromiso de los trabajadores, que tienen claro y, a su vez, comparten la misión y visión de la organización. Todo conlleva a un buen clima laboral y arraiga la identidad corporativa. 

8.- Facilita el posicionamiento de la empresa gracias a una visión compartida que garantiza resultados y potencia proyecciones de crecimiento fuera de sus fronteras.

La coherencia es algo transversal que empapa o debe empapar los valores del siguiente nivel, los que tenemos y practicamos, como personas o en las organizaciones: se manifiesta en las decisiones, específicamente en la claridad con la que alguien elige, al decidir, a qué quiere renunciar y qué elige conservar.

Hablando de personas o de organizaciones, la coherencia indica el nivel de fortaleza del esquema moral y la aplicación real que se hace de él. Es lo que nos permite convertirnos en referentes éticos de otros, en alguien creíble que ofrece seguridad de criterio, acción y reacción; de la misma forma, su ausencia genera confusión, improvisación, incertidumbre y relaciones tóxicas. Podríamos decir que la coherencia actúa como un cemento en la construcción de vínculos relacionales, y que, si es de mala calidad, generará relaciones poco sostenibles. Con la persona o empresa coherente uno sabe a qué atenerse, uno sabe qué puede esperar y qué no.

«No olvides sustentar tu discurso con lo que haces. Cualquiera habla, muy pocos actúan: se llama coherencia».

Walter Riso