Una persona íntegra es aquella que siempre hace lo correcto y no lo que le conviene. Ser integro significa vivir con honradez, honestidad, lealtad, sinceridad, respeto por los demás y por uno mismo y saber controlar nuestras emociones.
Los valores humanos claves expresados en una cultura organizacional son fundamentales para hacer de ésta una organización no solo productiva sino comprometida con su comunidad.
La Integridad es: «El conjunto de características de una empresa y/u organización que la hacen fiable para la sociedad y justifica la fiabilidad que ésta última le otorga a través de su confiabilidad». En nuestro entorno empresarial, donde es imposible lograr los objetivos sin participar y cooperar con otros, generar confianza es clave. Y para ello, es básica la integridad.
La gente a menudo define la integridad como hacer lo correcto, incluso cuando no hay nadie más cerca y cuando nadie te está mirando. Es la capacidad de actuar con honestidad y ser congruente entre las palabras, decisiones y acciones en función de la brújula moral, de valor o de creencias particulares que cada persona tenga. Las creencias, los valores y la moral se relacionan con la cultura en la que opera ese individuo o ese grupo, ¡por lo que dicha cultura definida con claridad, desempeñan un papel para determinar exactamente qué implica la integridad en cada organización

Buscar la integridad en los negocios asegura mayor eficiencia y estabilidad. Ademas mantiene alta la retención de empleados y clientes obliga a otras compañías a reevaluar sus propios sistemas y modelos. Pero todo ello podemos resumirlo en las siguientes razones:
– Una reputación más fuerte – Satisfacción de los empleados
– Calidad – Enfoque claro
– Mejor cultura en la empresa
Por otro lado, debemos de poner esto a nivel practico y personal, en un equipo y a través de toda la empresa. Pero para asegurarte que eres una persona con integridad puedes usar estas técnicas:
– Definir tus principios morales. – Mirar con honestidad
– Tratar a todos de la misma manera – Recompensa la honestidad
– Mantén las manos en alto – Encuentra el balance correcto.

La integridad personal es un valor fundamental que consiste en hacer lo correcto, acorde con nuestros más altos valores éticos y morales. Es la virtud de una persona de actuar según el dictamen de su conciencia; para hacer lo bueno, lo justo y lo honesto.
En mi opinión la integridad no es tanto un valor, es el valor que garantiza todos los demás. La integridad, la honestidad, la confiabilidad y la transparencia son los fundamentos de una vida exitosa. Estos son los valores que garantizan el respeto y la honra propia, y la de los demás.
En la vida, en los negocios y en el empleo siempre existirá la tentación de evadir los deberes y aprovecharse de la situación. Sin embargo, la gente íntegra piensa en el largo plazo, piensan en conservar su reputación. Las grandes empresas y las compañías exitosas reconocen que una buena reputación, y la confianza de la gente son su mayor activo.
En un entorno empresarial como el actual, donde no es posible lograr los objetivos sin la participación y cooperación de otros departamentos, ser considerado íntegro es muy ventajoso para lograr los objetivos personales, aunque a veces suponga un tropiezo por “tirar piedras contra tu propio tejado”, porque se genera confianza sobre las intenciones con las que se hacen las observaciones en un comité de dirección. Ahora que algunas compañías están bajo extrema presión para sobrevivir, las normas éticas pueden flaquear. En tiempos difíciles, es más importante que nunca un profundo compromiso para medir y monitorear la integridad personal y corporativa.
Las organizaciones no son máquinas. Son sistemas complejos formados por humanos con instintos y comportamientos individuales que están influenciados por su entorno. «Entender a las personas que componen su organización y el entorno en el que operan es fundamental para protegerse de conductas poco éticas», dice Stefan Heissner.
Buscar la integridad en los negocios hace más que solo hacer que la empresa sea eficiente y estable. También influye, tarde o temprano, en el estándar general de integridad por el cual operan otras compañías del mercado. La integridad en el negocio mantiene alta la retención de empleados y clientes, obliga a otras compañías a reevaluar sus propios sistemas y modelos; el hecho de no hacerlo podría significar la incapacidad de ofrecer un entorno, servicio, o producto similar.
«La integridad es hacer lo correcto, aun cuando nadie te ve».
Jim Stovall